¿Qué puede aportarnos para hacer investigación en salud mental en la Argentina? Planteamos algunos aspectos preliminares para establecer las metas en Argentina. Proyecto Suma cuenta con un Área de Investigación que viene publicando diversos artículos quiere contribuir a este debate.
La editora de la revista Journal of Mental Health, Til Wykes, junto a un conjunto de investigadores destacados, acaban de publicar un documento por demás interesante sobre las metas de investigación en salud mental en el Reino Unido (Shared goals for mental health research: what, why and when for the 2020s).
Además de destacarse el modo colaborativo entre personas con experiencia académica y personas con experiencia vivida de padecimiento mental para señalar las metas generales, el documento establece los objetivos específicos que permitirían evaluar el progreso hacia las metas planteadas, propone los pasos necesarios para cumplir con los objetivos y plantea un marco temporal para lograrlo.
Las metas que plantea el documento son:
Meta 1: Investigar para lograr disminuir en un 50% el número de niños/as y jóvenes que experimentan problemas mentales persistentes.
Meta 2: Investigar para mejorar la comprensión de los vínculos entre salud física y salud mental, y eliminar la diferencia de mortalidad que se asocia al padecimiento mental.
Meta 3: Investigar para aumentar el número de nuevos y mejores tratamientos, intervenciones y apoyos para los problemas de salud mental.
Meta 4: Investigar para mejorar las opciones y el acceso a cuidados de salud mental, tratamiento y apoyo en contextos hospitalarios y comunitarios.
En estos tiempos de pandemia, en los cuales se han publicado más de 6.000 artículos sobre salud mental y Covid-19 tan solo en las revistas indexadas en PubMed, la biblioteca médica nacional de los Estados Unidos, la definición sobre prioridades de investigación en el tema reviste particular importancia.
Como no podía ser de otra manera, entre los objetivos específicos para la Meta 3 se encuentra el desarrollo y evaluación de la efectividad de las intervenciones remotas que complementen y/o refuercen las intervenciones presenciales que promueven la prevención, el apoyo y la recuperación.
El documento enfatiza que de acuerdo a datos ya existentes, el tiempo que demoran las investigaciones en salud mental en implementarse por medio de tratamientos y servicios ronda los 17 años. Sin embargo, la pandemia podría estar acelerando estos tiempos (la producción de vacunas eficaces con una velocidad sin precedentes serían un ejemplo de esta posibilidad), y la perspectiva podría ser alentadora siempre y cuando: (a) la financiación de las investigaciones pudiera alinearse con lo que se plantea, (b) se monitoreen los avances y dificultades para que todo esto se traduzca en beneficios para las personas con necesidades de atención y cuidado en salud mental, y (c) el compromiso con estas metas sea un emprendimiento compartido por investigadores y quienes toman las decisiones en materia de políticas de salud / salud mental.
En Argentina, la definición de metas equivalentes debería estar en conexión con el Plan Nacional de Salud Mental y, particularmente en consideración del capítulo 11 referido a “Monitoreo y Evaluación” (de la implementación de la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657).
De todos modos, las metas de la investigación en salud mental debieran ser más abarcativas y no debieran reducirse al monitoreo del marco normativo. Más que nunca, los cuidados y la atención en salud mental requerirán de los aportes que puedan generarse por medio de la investigación rigurosa en salud mental. Y, el consenso entre los organismos nacionales (como la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones) y los organismos de gestión provinciales y municipales, con los destinatarios finales de dicho aporte, sería una condición indispensable.
Autor: Lic. Martín Agrest, coordinardor del Área Investigación de Proyecto Suma